El tesoro hundido de Cagafrecho

Myriam Ybot

En el entorno de un arrecife volcánico en forma de veril, que corre paralelo a la costa y ofrece el refugio de cuevas submarinas, barras y fondos arenosos con manchas de sebadales, angelotes, meros, pastinacas y abades conviven con la armonía y el colorido de una película de Disney. La Zona Especial de Conservación (ZEC) Cagafrecho, declarada así en septiembre de 2011 e incluida en la Red Natura 2000, se beneficia, además, del proyecto ZEConsciente, una iniciativa pionera que ha convertido al Ayuntamiento de Tías en un referente de compromiso medioambiental en Canarias.

“Amar el mar es trabajar por su protección, dedicar la vida a conocerlo mejor y transmitir esa pasión como un legado”. Rogelio Herrera.

En la costa sureste de Lanzarote, bañado por las aguas del núcleo turístico de Puerto del Carmen, se encuentra un verdadero tesoro de biodiversidad: la Zona Especial de Conservación (ZEC) Cagafrecho. Declarada como tal en septiembre de 2011 y protegida bajo el paraguas de la Red Natura 2000, este espacio marino alberga una enorme riqueza ecológica, que desde el año 2021 es objeto de acciones públicas de protección y divulgación a través del proyecto ZEConsciente.
Su filosofía es clara: la información genera conciencia, y la conciencia, acción. Con este convencimiento, la misión es construir puentes entre la ciencia, la educación, la cultura y el turismo para lograr que el conocimiento del océano se traduzca en defensa y compromiso social.
La coordinadora y directora responsable es Cristina Camacho, y junto a ella, las concejalías de Medioambiente, Turismo, Cultura, Participación Ciudadana y Festejos, un auténtico frente común de responsabilidad compartida, porque, tal y como señala, “el pedacito tan mágico de océano que baña el municipio de Tías constituye nuestro patrimonio natural, pero también nuestro patrimonio cultural y nuestro patrimonio histórico… Al final, el medio ambiente lo es todo y lo toca todo”. Se trata de un proyecto pionero en el archipiélago, ya que ningún ayuntamiento tiene a día de hoy una apuesta tan clara y firme para poner en valor su zona ZEC como es el caso de Tías.
Los frutos del esfuerzo colectivo no se han hecho esperar: Playa Chica ha sido declarada Corredor Biológico Mundial gracias a sus bosques de coral negro, un hito que subraya la relevancia ecológica del enclave. Además, en torno a ZEConsciente se ha creado una red de colaboración interinstitucional, con organismos como el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), Empresa Tecnología y Servicios Agrarios (TRAGSATEC) y la Red de Observadores del Mar (REDPROMAR-GOBCAN).
Con una superficie de 633,17 hectáreas, Cagafrecho se distingue por su biodiversidad y su singular estructura geológica. Destaca un arrecife volcánico en forma de veril que corre paralelo a la costa, donde se intercalan cuevas submarinas, barras, fondos arenosos y manchones residuales de sebadales, ecosistemas esenciales para numerosas especies. Entre los habitantes marinos de este enclave figuran especies emblemáticas como el angelote (Squatina squatina), el mero (Epinephelus marginatus), la pastinaca negra (Taeniura grabata) o el abade (Mycteroperca fusca). Además, esporádicamente se avistan delfines mulares y tortugas bobas, que encuentran en estos fondos alimento y refugio.
Entre los hallazgos científicos desde que esta estrategia municipal se pusiera en marcha, sobresale también la localización de una babosa marina, Lomanotus tias, el primer molusco de este género detectado en Canarias.
“Nuestro objetivo es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y de los hábitats y detener la pérdida de biodiversidad. Frente a las reservas marinas convencionales, en las ZEC se permiten actividades profesionales vinculadas al medio marino, siempre que se garantice una gestión sostenible. Y ahí es donde cobra importancia esta iniciativa, que promueve la participación y el diálogo de todo los agentes vinculados al espacio”, apunta Camacho.

Acciones
Para ello, ZEConsciente se enfoca en integrar a toda la comunidad en un esfuerzo conjunto por conocer y cuidar el patrimonio natural marino, y se despliega en una variada oferta de actividades educativas, culturales, científicas y turísticas.
El proyecto ha tenido una gran acogida entre la población local. Escuelas, centros de buceo, la cofradía de pescadores de La Tiñosa y amantes del mar, turistas y residentes, han participado en talleres, charlas, rutas interpretativas y campañas de concienciación, fortaleciendo así una red comunitaria que reconoce la importancia vital de este entorno marino.
En sus primeros años de desarrollo, el equipo de trabajo ha producido el documental ZEConsciente, disponible en YouTube, y una presentación audiovisual interactiva del proyecto; ha organizado talleres, rutas de snorkel y jornadas escolares desarrolladas en las playas de la ZEC para reflexionar sobre el impacto de los residuos, la contaminación marina o la biodiversidad en las aguas de Puerto del Carmen. Y en el ámbito científico, participan en programas desarrollados por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y otros centros de investigación nacionales y europeos.
El excelente clima de colaboración con el Ayuntamiento de Tías ha permitido incorporar los mensajes y acciones de sensibilización ambiental a las celebraciones por el Día del Turismo y las fiestas patronales. “Nos hace especial ilusión la presentación, el 30 de julio en El Fondeadero, del cuento infantil El Cabosito Tiñosero, uno de los peces de agua salada más pequeños del mundo, que en Canarias solo está citado aquí, en la parte del Poril, o sea, en La Tiñosa profunda, el origen de todo”, explica la coordinadora.
Por delante, mucho trabajo, mucha creatividad y de resultas, muchos reconocimientos, como ser el único consistorio invitado a participar en Gran Canaria en un congreso internacional de áreas marinas protegidas, o el Galardón Océanos 2025, otorgado a ZEConsciente por la Sociedad Atlántica de Oceanógrafos.

 

TEXTO: Myriam Ybot. FOTOGRAFÍAS: Cristina Camacho