La apnea, el reflejo del alma

Elyoenai Aparicio

Mis ojos están cerrados, mi cuerpo relajado, mi mente está en calma, siento los rayos de sol en mi espalda, saboreo el salitre en mi boca, siento los pausados latidos de mi corazón, escucho el silencio del mar… estoy donde quiero estar… estoy preparado, sé que este es el momento, hago mi última respiración y me sumerjo hacia el infinito azul… sin vacilar, sin temor, decidido…
Siempre me preguntaron por esa necesidad innata por aguantar la respiración, por qué esa obstinación por sufrir, por qué la apnea… siempre respondo lo mismo… la apnea es un deporte de sensaciones, bajo el agua sientes una sensación de libertad, de paz, de tranquilidad… que ningún otro deporte te puede dar. Es una sensación muy potente que hace que no puedas vivir sin ella, sin el mar. Cuando estamos inmersos en él cambia nuestra esencia, puesto que despojamos a nuestro cuerpo de una necesidad primaria imprescindible para la vida, respirar. Y es, en ese preciso instante, cuando privamos a nuestra mente de oxígeno, cuando ésta pierde todo su poder y nuestros pensamientos se paran. Los mismos que nos impiden vivir la vida. Nuestro estrés por el trabajo, nuestros miedos y problemas desaparecen, y es ahí, en ese momento, cuando fluye lo realmente importante: nuestras sensaciones más puras, el aquí y el ahora, la vida y la muerte. Esa milésima de segundo que se convierte infinita, donde eres más consciente de todo cuanto te rodea, sientes el agua rozar tu cara, admiras el rayo de sol atravesando el azul, sientes la suave arena del fondo, los sentidos se agudizan …y te sientes pequeño en la inmensidad de un océano que al mismo tiempo engrandece tu corazón aflorando tus verdaderos sentimientos.
Cada salida al mar nos da una nueva lección, una lección de humildad, de lo insignificantes que son nuestros problemas y lo bonito que es la vida. Nos enseña que debemos pensar menos y sentir más y que para vivir la vida debemos tener nuestra mente como un mar en calma. Nos enseña que la esencia de la apnea no es bucear más profundo sino bucear dentro de uno mismo… y por tan solo un instante, fundirte con el mar y ser uno. El océano da forma a nuestros sentimientos y emociones, y nos impone su realidad. Creemos que lo sabemos todo, pero no sabemos nada. Saber no es comprender, sabemos algo cuando realmente lo sentimos y lo interiorizamos en el fondo de nuestro ser. Es como estar enamorado, nadie te lo dice, simplemente lo sientes. Y como si entre dos mundos nos encontráramos, es el medio acuático el que nos ayuda a ser conscientes de que debemos reconocer la vida en cada sorbo de aire, es el lugar donde recordamos realmente quienes somos, de él surgimos, a él retornamos. El mar nos obliga a centrarnos en los pequeños detalles, a centrarnos en todo a la vez pero en nada en concreto, a buscar esa paz que a veces parece inalcanzable y que nada ni nadie podrá darnos. Nos recuerda que siempre luchamos contra el mismo rival, nosotros mismos…

 

Elyoenai Aparicio Suárez
Instructor Apnea Academy International
Juez AIDA International
Oceansoul Lanzarote Freediving