MANGLARES

Arrate de Velasco

Una de las mayores deforestaciones que se están realizando en estos momentos, no solo se está produciendo en los bosques tropicales o selvas amazónicas sino también en las zonas de los manglares, siendo numerosas las asociaciones y ONG´s que denuncian el silencioso avance de este hecho 

Este ecosistema tropical y subtropical se caracteriza por la confluencia del agua dulce que llega de los ríos continentales y el agua salada de las costas tropicales, y es esta combinación de agua salobre la que aporta una riqueza única a esta área, en donde se desarrolla la vida de un gran número de especies de aves autóctonas y migratorias, reptiles, crustáceos, mamíferos, peces o insectos.
El nombre de manglar proviene de un vocablo guaraní, mangle, que significa “árbol retorcido” y con el que se designa genéricamente al arbusto de la familia de las rizóforas, que puede llegar a mediar hasta cuatro metros, aunque a nivel mundial existen más de 50 especies. Algunas de las ramas se arquean y descienden hasta la superficie del agua donde se aposentan y forman un entramado de raíces que se denomina, en términos comunes ,guardería. En estas zonas, numerosas especies de peces y crustáceos desarrollan sus primeras etapas de vida a salvo de los grandes depredadores que son incapaces de penetrar en la compleja red de raíces acuáticas. 
Además de la importancia biológica de este ecosistema marítimo/terrestre es destacable la función física protectora que realizan frente a determinados fenómenos ambientales como son los huracanes, tsunamis, vientos, corrientes, o la sedimentación de restos. Algunos autores aseguran que los efectos del Tsunami en el año 2004 en Indonesia y los efectos del huracán Katrina en Nueva Orleáns, fueron menores en aquellas áreas en las que los manglares se encontraban en mejor estado. 
Esta funcionalidad actualmente se está viendo alterada por diversos factores. Uno de ellos, es la extracción de madera y tala de árboles y arbustos para utilizarlo en el cultivo de hortalizas; sin embargo, el más conocido y denunciado es el cultivo industrial de camarón. Son numerosos los medios que denuncian el gran impacto ambiental que ha supuesto la presencia de estas granjas, la sobreexplotación que se realiza en estos territorios, la tala del manglar para la instalación de grandes piscinas para el monocultivo a nivel industrial y los consiguientes vertidos que ello origina. Desde las granjas acuícolas, insisten en que las instalaciones han sido construidas bajo el absoluto respeto al medio ambiente y tratan de colaboran en la reforestación de los manglares.
El último factor en sumarse a la lista negra de causas de deforestación y contaminación de este ecosistema, ha sido el turismo: carreteras, tours en barco, excursiones en jeep y quads. Hoteles y empresas de ocio tratan de satisfacer una vez más la curiosidad de aquellos turistas que buscan una experiencia diferente en sus vacaciones. Y con ello, lo que antiguamente pocos se atrevían a disfrutar por la dureza de la accesibilidad a esta área en algunos casos, hoy en día se muestra con facilidad al alcance de todos.
Sin entrar a valorar cuál de todos ellos representa un mayor riesgo o pone en mayor peligro al Ecosistema Manglar, lo que no se puede obviar, son los datos registrados. 
La Universidad Autónoma de Méjico (UNAM) alerta sobre la deforestación de los manglares de este país, que alcanza ya la preocupante cifra del 35% del área. Las ONG´s más pesimistas aseguran que la mitad del territorio de los manglares a nivel mundial ya ha sido devastado. En otros lugares subtropicales, la pesca artesanal local se ha reducido drásticamente por la instalación de grandes jaulas de cría, dejando sin sustento de vida a comunidades enteras de campesinos. Numerosas zonas turísticas de playa necesitan una continua renovación de arena debido a las corrientes que la arrastran sin control. El 10% de los arrecifes de coral del mundo se encuentran en peligro de ser enterrados por sedimentos traídos por las corrientes de los ríos continentales. Al mismo tiempo que todo esto sucede, el número de especies que engrosan la lista de animales en peligro aumenta: manatíes, caimanes, tortugas, flamencos, lagartos…
Partiendo de este problema se creó La Convención sobre los Humedales, firmada en Ramsar, Irán, en 1971. Es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y uso racional de los humedales y sus recursos. Su misión es la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales, apoyándose al mismo tiempo en programas educativos. 
Pero las dos preguntas que siempre estarán en el aire son saber si hemos llegado a tiempo y qué futuro nos espera si la respuesta a la primera pregunta es… no.

Por Arrate de Velasco. Bióloga Marina