SUSHI DE ATÚN EN PELIGRO

Un atún rojo adulto puede llegar a pesar unos 500 kilos y a medir más de 2 metros de largo. La carne de este pez del Pacífico 

Un atún rojo adulto puede llegar a pesar unos 500 kilos y a medir más de 2 metros de largo. La carne de este pez del Pacífico y del Atlántico es muy codiciada por el ser humano, el mamífero que en vez de adaptarse a su medio y sobrevivir en él, lo fagocita y lo depreda. Por esta razón, los bancos de atún rojo se agotan, lo que pone a la especie en riesgo de desaparición, según el último informe de WWF−Adena. 
La organización pide a los países pesqueros que dejen libre parte de sus capturas hasta alcanzar la mitad de sus cuotas asignadas, fijadas en la reciente reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, celebrada en Brasil. En esta reunión se ha acordado limitar el periodo de pesca a un mes y reducir los totales admisibles de captura en un 40% respecto al año 2009.
En 2010 se pescarían 13.500 toneladas de atún en vez de las 22.000 previstas para el año 2009. Sin embargo, WWF Adena señala que muchos barcos faenan en aguas internacionales de forma indiscriminada y al amparo de banderas de conveniencia. Sus volúmenes de pesca elevan el total de ejemplares extraídos muy por encima de lo recomendable.
Gran parte de las capturas terminan en el mercado japonés, lo que da de manera tácita patente de corso a muchos de éstos para esquilmar los mares. La organización ecologista también advierte de la proliferación de granjas de engorde de atunes como parte del problema. Incluso reduciendo las cuotas a 8.000 toneladas, existiría un 50% de garantías de recuperación de la población de atunes para el año 2023.
Existen varios tipos y calidades de atún. Tradicionalmente, la industria conservera ha procesado carne de atún claro, pero en los últimos 30 años se ha popularizado el consumo de atún rojo a la japonesa, en láminas crudas. En Japón, donde es un producto muy popular, se consume el 80% del atún extraído en todo el mundo. Más de la mitad del consumo total proviene de países como España o Italia que, junto con otros de la Unión Europea, se han beneficiado durante la última década de los 34 millones de euros destinados por Bruselas a financiar esta industria, que reparte sus beneficios entre las grandes compañías pesqueras.
El impacto de la reducción de las cuotas de captura afectará realmente a todas aquellas pequeñas economías que llevan viviendo siglos de la pesca artesanal de este pez. La noticia no ha sido bien recibida en las cofradías de almadraberos de las costas de Cádiz. La ‘almadraba’ es un arte de pesca tradicional que data de tiempos de los romanos y que también está en peligro de extinción. La práctica totalidad de la pesca de atún gaditano marcha a Japón. La demanda nipona es sólida y paga mucho menos a estos pescadores que el precio a que se vende en los mercados asiáticos. Son las “leyes del mercado”. Si en la plaza de abastos de Barbate un kilo de ventresca de atún rojo se vende en 30 euros, alguno se echaría las manos a la cabeza al saber que se ha llegado a vender, en el mercado de Tsujiki de Tokyo, en más de 800 euros.
El avance en las técnicas de acuicultura permite al hombre capturar atunes en estado salvaje y cebarlos hasta el momento en que sus carnes contengan el índice de grasa infiltrada que las hace óptimas para el consumo, una práctica denunciada por insostenible ya que perjudica a las poblaciones de caballas, boquerones y otros peces pélagicos del entorno, que son empleados como base de su alimentación. Hacen falta 25 kilos de pescado para alimentar cada kilo de carne de atún de granja.
Las pesquerías internacionales no parecen dispuestas a renunciar al enorme volumen de negocio que genera el atún rojo. Son conscientes de que el mercado absorberá toda la oferta y de que la demanda se puede manipular con facilidad. En muchos casos, toneladas de atún acaban congeladas en las cámaras de los grandes proveedores a la espera de que los precios se coticen al alza. Mientras, se sigue sacando de donde cada vez queda menos.