TORTUGAS MARINAS EN EL ANZUELO

Existen 8 especies de tortugas marinas, de las cuales 5 se dan en el Atlántico norte, pero son dos las que habitualmente resultan como capturas accidentales de las flotas palangreras; la tortuga laud (Dermochelys coriacea) y, sobre todo, la tortuga boba (Caretta caretta) 

Existen 8 especies de tortugas marinas, de las cuales 5 se dan en el Atlántico norte, pero son dos las que habitualmente resultan como capturas accidentales de las flotas palangreras; la tortuga laud (Dermochelys coriacea) y, sobre todo, la tortuga boba (Caretta caretta)

REPRODUCCIÓN 
La época de reproducción de la tortuga boba va desde marzo a octubre, con su punto clímax de junio a agosto. Las hembras, que son reproductoras a partir de los 10–30 años y pueden alcanzar una edad de 47–62 años, depositan cerca de un centenar de huevos en los nidos que excavan en las playas de estos lugares. Suelen realizar de dos a siete puestas por año y luego descansan durante dos o tres años hasta realizar las siguientes puestas. Tras 60 días, los huevos eclosionarán dando lugar a una nueva generación de tortugas.

DEL CALOR DEPENDE EL SEXO 
Para que los huevos puedan eclosionar con éxito, los factores principales son la granulometría de la arena de la playa y la temperatura en el nido. Dependiendo de si esta es mayor o menor, así será el ratio de machos y hembras; a mayor temperatura más hembras. La temperatura límite a partir de la cual el sexo de las tortugas puede modificarse parece estar en los 29ºC, llegando a ser sólo hembras cuando supera los 33ºC.

UNA MIGRACIÓN TRANSATLÁNTICA 
Las tortugas marinas son especies migradoras que tras salir del huevo en las playas del Este americano se dirigen hacia el mar para emprender un viaje de más de 10.000 millas a lo largo de todo el Atlántico Norte. 
Tras nacer en una playa de Florida o Yucatán, la pequeña tortuga de apenas 15 centímetros se dirige mar adentro hacia el Mar de los Sargazos, donde pasará un periodo de tiempo conocido como “el año perdido”, ya que hace años se desconocía que pasaba con estos animales una vez abandonaban la playa y hasta que eran nuevamente encontrados como juveniles. 
En el Mar de los Sargazos, las pequeñas tortugas se alimentan de los crustáceos y otros pequeños animales que encuentran entre estas algas, hasta que continúan su viaje, aprovechando la corriente del Golfo, para dirigirse hacia las Islas Azores y, desde aquí al continente europeo. 
La mayoría de ellas sigue las aguas más templadas que las llevan hacia las costas de España y Portugal, incluso muchas de ellas se atreven a adentrarse en el Mediterráneo, donde llegan a concentrarse superando varios cientos de miles de ejemplares (y donde también se encuentran con las poblaciones menos numerosas de tortugas bobas que realizan la puesta en este mar). Desde aquí, la corriente del Golfo, ayudada por los vientos alisios, las empuja en dirección sur atravesando las costas occidentales de África, hasta pasar por las Islas Canarias y Cabo Verde. Al sur de este archipiélago, la corriente cambia de dirección para adentrarse de nuevo en el Océano Atlántico y dirigirse con rumbo oeste hacia las aguas caribeñas y del este americano.

¿QUÉ ES EL PALANGRE? 
El palangre de superficie es un arte de pesca pasivo con anzuelos. El arte total se compone de varios palangres –entre 100 y 200– que, a partir de una línea madre (mantenida en la superficie por boyas) cuelgan los anzuelos unidos a los sedales. En el caso de la flota palangrera española faenando en el Mediterráneo, la longitud total del arte puede superar los 40 kilómetros y utilizar más de 2.000 anzuelos, pero las grandes flotas industriales pueden llegar a calar 100 kilómetros de palangre.

Los anzuelos son cebados con pequeños peces pelágicos (alacha, caballa, etc.), cefalópodos o cebos artificiales (en ocasiones luminosos), para atraer a los peces espada. Pero otras especies carnívoras como atunes, lampugas y tortugas marinas, también pueden quedar presas de este método de pesca.

¿CUÁL ES LA ESPECIE OBJETIVO DE LAS FLOTAS PALANGRERAS? 
La mayoría de las flotas palangreras que faenan en el Atlántico Norte se dedican a la captura de pez espada y túnidos, y en ocasiones tiburones. Las tortugas marinas son capturas accidentales no deseadas, al igual que otras muchas especies, como pastinacas, peces luna, palometas, lampugas y algunas especies de marlines, túnidos y tiburones. 
Aunque algunas de estas especies son comercializadas junto a las especies objetivo, otras son tiradas por la borda.

¿POR QUÉ SE CAPTURAN TORTUGAS? 
Los cebos utilizados para la captura de peces en los palangres también atraen a otros animales marinos carnívoros, como aves y tortugas marinas. En el caso de los reptiles, salvo la tortuga verde (Chelonia mydas) que es herbívora, el resto de especies puede caer víctima de estos anzuelos, en especial si se calan en zonas superficiales donde son más accesibles y fáciles de ver. 
Al morder el cebo o tragarlo, el anzuelo termina prendido en la boca o esófago de estos animales. Según la profundidad a la que se encuentre este, su extracción es más compleja, por lo que no es raro ver tortugas que han caído repetidamente en palangres durante una misma temporada y presentan diversos anzuelos y sedales asomando por su boca.

LAS CAPTURAS ACCIDENTALES 
Oceana está trabajando para reducir las capturas accidentales de tortugas marinas en ambos extremos de su área de distribución; las costas americanas y el Mediterráneo. En ambos casos, estas especies son cogidas en los anzuelos de las flotas palangreras por miles. 
Según estimaciones realizadas en Estados Unidos, cada año se capturan unas 2.000 tortugas al año (60% bobas, 40% laúd), mientras que en el Mediterráneo, sólo por la flota española faenando en este mar la cifra puede ser de más de 20.000 ejemplares anuales. 
A estas hay que unir las que realizan otras flotas a lo largo de toda su migración. Se conocen altos índices de capturas accidentales en flotas de Italia, Túnez y otros países mediterráneos, así como en las grandes flotas de altura de Japón, Corea del Norte, Taiwán, Portugal y España –o en la más costera de Canadá–, y diversos buques con banderas de conveniencia que faenan en el Océano Atlántico. 
Un reciente estudio calcula que cada año se capturan en el mundo entre 250.000 y 430.000 tortugas (200.000–316.00 bobas y 50.000–114.000 laúd), de las cuales un 60% se producen en el Atlántico y un 10% en el Mediterráneo. Si bien otras estimaciones creen que las capturas en el Mediterráneo pueden ser superiores. 
Según este trabajo, cada día se calan unos 3,8 millones de anzuelos en el mundo, lo que equivaldría a 1.400 millones de anzuelos al año, de los que 200 millones estarían dedicados a la captura de pez espada y unos 1.200 millones para túnidos. El 37% de este enorme esfuerzo pesquero se realizaría entre el Atlántico y el Mediterráneo. Se pueden llegar a capturar 2,4 tortugas laúd y 14 tortugas bobas por cada 1.000 anzuelos calados.

ESTADO DE LAS TORTUGAS 
Todas las tortugas marinas son consideradas especies en peligro de extinción. No se sabe con certeza cuál es el tamaño de la población de tortugas bobas del Atlántico Norte, aunque se considera que el número de hembras reproductoras no debe sobrepasar las 100.000 en todo el mundo, de las cuales la mitad se encontrarían en el Atlántico. 
Las tortugas bobas adultas suelen tener una longitud de caparazón de entre 80 y 100 cm, aunque se han encontrado algunas que alcanzaban los 114 cm. Y los 227 kilos de peso. 
Tras salir del nido, pasan sus primeros 7–12 años de vida pelágica, migrando a lo largo del atlántico, hasta que alcanzan su edad adulta y entonces tienen una vida más “sedentaria” cerca de las playas de puesta, pese a que siguen recorriendo distancias de cientos de kilómetros. Sólo unos pocos ejemplares de cada millar de tortugas nacidas llegan a la edad adulta. 
La importancia de las playas de puesta de tortuga boba en Estados Unidos queda fuera de toda duda; alberga a la segunda mayor población del mundo y mantienen el 35%–40% de la población mundial de esta especie, realizando unos 68.000–90.000 nidos al año. 
Casi el 50% de las tortugas capturadas en el Mediterráneo pertenecen a las poblaciones que realizan la puesta en Estados Unidos y la otra mitad parece ser de origen mediterráneo, mientras que en las zonas de Azores y Madeira el 100% son de origen americano (90% de EE.UU. y 10% de origen caribeño).

ANZUELOS REDONDOS PARA SALVAR TORTUGAS 
Una de estas propuestas es la utilización de anzuelos circulares. Aunque en un principio fueron propuestos como una forma de reducir los accidentes laborales y el coste en material, se ha visto que también pueden ser un método eficaz para minimizar el impacto de los palangres sobre las tortugas marinas. Por una parte son más difíciles de que las tortugas queden enganchadas en ellos y, por otra, si son ingeridos, suelen quedar en la boca, con lo que su extracción es más fácil.

 

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Fotografía: © Oceana, Mar Mas
Texto: Oceana
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