Nº 16

Fernando Barbarin

PILAR DEL RÍO

 

A Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago...
Pude leer en una entrevista estas declaraciones en relación a la fundación que presides: “la entidad no será neutra y tomará partido por grandes y pequeñas causas” , porque “somos humanos y todo lo que es humano nos interesa, por lo que no habrá asuntos políticos, económicos, sociales, culturales y del ambiente que nos resulten ajenos”. 
Estas declaraciones, sumadas al hecho de que residimos en la misma isla, nos animaron a ponernos en contacto contigo hace ahora... dos años y medio. Durante este tiempo he acudido cada dos meses puntualmente hasta la puerta de tu casa para hacerte entrega de nuestra revista y solicitar una reunión para tratar posibles colaboraciones. Para ello he invertido, sumando cada trayecto, más de doce horas al volante y he recorrido unos ochocientos kilómetros. Te daré más datos: en estos años hemos publicado 34 artículos medioambientales, 45 reportajes culturales, la obra de más de 150 artistas entre poetas, pintores, escultores etc. Colaboramos con organimos ecologistas de ámbito nacional e internacional, biólogos, y asociaciones culturales, incluyendo diferentes campañas de sensibilización. Todo esto para editar una publicación gratuita y de interés cultural y medioambiental dirigido a toda la sociedad y, para ello, quienes realizamos este proyecto nos dejamos, créeme, la piel en cada número.
Esto es entre otras cosas lo que he pretendido trasladarte durante estos años en cada estéril visita. Sería legítimo y respetable que, en algún momento, dedicaras sesenta segundos para telefonearme y, sin complejo alguno, declinar nuestra solicitud de audiencia. Lo aceptaremos como lo hemos hecho con tantos otros organismos e instituciones. Como verás, se trata más de un tema de cortesía o respeto, lo que no es de recibo es esa lamentable indiferencia hacia un colectivo. De vez en cuando hay que remangarse y no solamente pisar circuitos bien pavimentados e iluminados por flashes y focos. Mi consejo para ti y otros como tú, sería que en algún momento levantarais la cabeza para aseguraros de que, por el camino, no se ha desprendido la bandera que durante tanto tiempo enarbolasteis, tal vez os sorprendáis empuñando únicamente un manoseado y solitario mástil. 
Pilar, uno tiene su corazoncito.